En 1904 Lizzi Magie patento The Landlord’ Game con el objetivo de poner sobre la mesa los peligros de prácticas monopolísticas en EEUU. Años más tarde vendió la patente a Parker Brothers que bajo el nombre de Monopoly lo convirtió en uno de los juegos de mesa más exitosos de todos los tiempos.

En el festival ZEMOS98 de 2015 nació el Commonspoly creado por activistas de diferentes países y entornos, que retoma el origen crítico del juego original para actualizarlo al contexto en el que hoy vivimos. Un juego que busca, además del entretenimiento, poner encima de la mesa el sistema que tenemos está roto, por lo que hay que cooperar para conseguir crear una ciudad mejor.

"De una manera lo más humilde posible, Commonspoly celebra la cooperación, la solidaridad y la construcción de espacios de apoyo mutuo", explica Felipe G. Gil, integrante de ZEMOS98

Empezó siendo un juego en inglés pero gracias a su popularidad se fue traduciendo a varios idiomas, por el interés que hay en utilizar el juego "como una herramienta para poner encima de la mesa un nuevo paradigma, el que se opone al modelo neoliberal capitalista y machista", las primeras 100 unidades en la versión inglesa se agotaron en diez días. La versión en inglés y en español está disponible físicamente mientras que, las versiones francesa y portuguesa son descargables.( todas las versiones son descargables)

Commonspoly

Se aconseja leer las instrucciones más de una vez "con paciencia y tranquilidad" debido a que al principio será difícil porque te obliga a cooperar y ponerte de acuerdo, en lugar de competir, pero una vez que se empieza la dinámica resulta más fácil. Commonspoly fomenta de una manera divertida y didáctica, la transformación social y las formas de convivencia. Cuyo objetivo es desbloquear los bienes privados para convertirlos en públicos es decir, intenta preservar los bienes comunes urbanos, medioambientales, sanitarios y basados en el conocimiento. Para ganar los participantes tienen que encontrar las formas de dialogar y de cooperar con el fin de alcanzar, a través de sus movimientos en el tablero, un mundo mejor. Estos tienen veinte rondas para liberar cuantos bienes sean posibles. Si queda un bien privado, todos pierden. Además está aderezado con guiños, bromas, referencias culturales y personajes contemporáneos.

El juego nos presenta a ocho personajes con una detallada información biográfica con tres tipos de puntos: de habilidad, de bienestar y de legitimidad. Cada jugador puede tener un perfil diferente, con más o menos privilegios, el azar determinará tu papel en el juego.

“Entre los perfiles de jugadores encontrarás, por ejemplo, a Chelsea, una mujer trans de clase media y blanca que formaba parte de las Fuerzas Armadas hasta que fue expulsada por manifestarse públicamente como trans. Por si no quedaba clara la referencia, Chelsea se considera una activista porque filtró documentos clasificados”

El único rival que tendrán todos los jugadores son los especuladores, que intentan privatizar los servicios y obstaculizar a los jugadores, por lo que conocer bien las ventajas de cada personaje ayudará a la estrategia compartida.

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