Crisis migratoria VS economía de mercado

El éxodo masivo de personas, síntoma de un mundo cada vez más desigual

Hace algún tiempo que algunos economistas vienen advirtiendo del crecimiento de las desigualdades sociales dentro de las sociedades humanas. Los padres de la economía de mercado auguraban un futuro económico esperanzador, pero lo cierto es que las propias leyes o mecanismos subyacentes a la idea de mejora social por la vía de la competitividad se ven reflejadas en las estadísticas de pobreza social. Y que tiene que ver esto con la crisis migratoria se estarán preguntando algunas personas. Lo cierto es que tiene mucho que ver, y esta en las mismas entrañas de la economía de mercado y de sus mecanismos de acción en la sociedad a través de las políticas económicas, la crisis migratoria actual, que nos lleva asolando largo tiempo pero que ahora, amenaza con llevar a los estados europeos a límites insospechados.

Algunos ciudadanos culpan a los gobiernos de turno por la aplicación de sus políticas migratorias, otros, culpan a las autoridades europeas en su estrategia migratoria para gestionar este problema del éxodo masivo de seres humanos que cruzan cada día el atlántico en busca de una vida mejor. Podríamos buscar mil excusas para evadir el problema que nos compete y del que nadie somos ajenos, buscando continuamente culpables en este drama humanitario, y aunque en realidad dependa de la legislación europea y de su adecuada implementación en materia de políticas migratorias por parte de esta y de los gobiernos, existe una realidad insoslayable mucho más global y poderosa que cualquier política, a la que nadie podemos escapar, a saber, el aumento de las desigualdades sociales tanto en Europa como en África; verdadero impulsor de las decisiones que los migrantes tiene que tomar, y que no son mas que el fruto del árbol que los padres de la economía de mercado como Adam Smith o David Ricardo entre otros sembraron en la vieja Europa a principios del S. XVIII.

Con este humilde artículo nos gustaría solidarizarnos principalmente con las personas que se tienen que ver obligadas a huir de su hogar en unas condiciones totalmente inhumanas en busca de un sueño irreal, pero también con todas las personas que ayudan a estos desamparados en su llegada a las costas españolas y las costas griegas, sin olvidarnos, por supuesto, de todas aquella personas que de una u otra forma en el día a día de sus vidas con sus pequeñas acciones contribuyen a sembrar las semillas de un árbol que no se ampara bajo los postulados de la economía de mercado.