Especismo: qué es y por qué es discriminatorio

El mundo está repleto de diversos tipos de discriminación, ya sea por género, color de piel o preferencia sexual, entre otras muchas injusticias. Pero, ¿qué pasa con las especies que son distintas a la nuestra? En este artículo veremos qué es el especismo y qué consecuencias tiene para los animales.

Qué es el especismo

La discriminación tiene lugar cuando una persona tiene en menor consideración moral a otra y, por esta razón, la trata peor o ignora sus derechos. Por suerte, a lo largo de las últimas décadas, cada vez más gente ha ido entendiendo que todos los seres humanos merecemos pleno respeto y que la discriminación, por tanto, no tiene cabida.

Ahora bien, ¿qué pasa con otras especies distintas al ser humano? Aquí es donde entra el especismo, concepto que hace referencia a la discriminación que hacemos entre las distintas especies que habitan el planeta.

Hasta ahora, la discriminación se ha determinado únicamente según una clasificación biológica que engloba a las personas como humanos y, por tanto, como seres con derechos, obviando al resto de especies. Sin embargo, esta jerarquía biológica no es suficiente.

Por ejemplo, ¿qué pasa con la capacidad de sentir y sufrir de otras especies? En este sentido, las especies que poseen sintiencia tienen, al igual que el ser humano, la capacidad de sufrir ante experiencias negativas y la posibilidad de gozar con actividades positivas. Si herir a un ser humano nos parece un crimen atroz, ¿no es esta una razón suficiente para extrapolarla al resto de animales sintientes y evitar su discriminación?

Por otra parte, algunas personas defienden el asesinato de los animales argumentando que solo los seres que poseen unas capacidades intelectuales complejas tienen derecho a una vida justa. Esta excusa es imposible de sostener, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que los seres humanos poseemos inteligencias diversas y no por ello se nos condena a la muerte.

Otras personas se han atrincherado en la excusa de la estima, argumentando que solo podemos desarrollar verdadero afecto hacia otros seres humanos. Ni siquiera este argumento parece ser muy acertado, pues con mucha frecuencia vemos cómo algunos seres humanos son olvidados y condenados a vivir en la calle sin que nadie haga nada por ellos. Pero, ¿acaso no tienen derecho a una vida digna?

Esto demuestra que ni la inteligencia, ni el afecto, ni la capacidad de sentir de los animales es una excusa para justificar el especismo. Si esta discriminación existe es solo porque el resto de animales no entran en la jerarquía humana.

Actos discriminatorios a consecuencia del especismo

El especismo es la causa fundamental de la explotación que ejercemos en contra de los animales. Los seres humanos (animales, también) hemos privado de libertad a otros animales, les hemos robado su hábitat, hemos experimentado con ellos y les hemos torturado por disfrute, además de que los hemos asesinado para distintos fines.

Les hemos negado cualquier tipo de consideración moral y, por tanto, no los hemos tratado con justicia. Es más, el especismo aún va más lejos: hemos considerado a los animales parte de la propiedad humana, tanto moral como jurídicamente.

Ha llegado el punto en que la mayoría de los seres humanos ni siquiera se cuestionan esta explotación animal, exceptuando algunos caso muy concretos y sonados, como es el caso de las corridas de toros. Aparte de estos casos que logran colarse en la opinión pública, el resto de abusos se realizan de forma impune día tras día sin llegar a generar un debate en la sociedad.

Por ejemplo, a casi todo el mundo le parece normal que los animales no humanos sean consumidos como comida, que sus pieles sean usadas para elaborar nuestras ropas o que sean criados y asesinados para fabricar nuevos productos cosméticos.

Es decir, los individuos especistas son la regla en nuestras sociedades.

Veganismo como una de sus soluciones

La pregunta que nos tenemos que hacer es si ser vegana es una decisión personal o es una cuestión de justicia. Cuando un individuo comienza a informarse sobre el especismo y sus consecuencias, puede darse cuenta de que su forma de consumir forma parte de esta tragedia especista que estamos viviendo.

Sin embargo, el veganismo sigue siendo aún para mucha gente un asunto de mofa o, al menos, una cuestión que parece totalmente ajena. Esto se debe precisamente a que los medios de comunicación no lo han tratado de la forma correcta: el veganismo no es un tipo de dieta alimenticia; es un posicionamiento político en contra de la opresión que ejerce el ser humano sobre los animales y a favor de la sostenibilidad del planeta. Esta postura ética se centra en el respeto animal en todos los sentidos, desde la alimentación hasta el transporte, vestimenta o entretenimiento.

Por tanto, al ser el veganismo un movimiento en contra del especismo, puede funcionar como una de las soluciones ante este problema. Eso sí, no es una acción individual: tiene que convertirse en un fenómeno global que vaya acompañado de un cambio.

Hasta entonces, mientras la explotación animal siga institucionalizada, el especismo continuará campando a sus anchas, y solo mediante la concienciación y la divulgación se puede cambiar este escenario.

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