Juguetes sin género: un paso más para una educación libre y sin prejuicios

Juguetes sin género: un paso más para una educación libre y sin prejuicios.

El concepto de juguetes sin género se ha vuelto más necesario que nunca en una sociedad que pide a gritos la igualdad entre niñas y niños; y es que, desde que surgiera el boom de los anuncios y catálogos publicitarios, se ha ido creando una falsa y dañina relación entre determinados juguetes y un sexo delimitado.

Educar en la igualdad de género es una responsabilidad que nos concierne a todos, ¿podremos juntos construir un mundo alejado de los estereotipos sexistas? Hoy analizamos los problemas que siguen estando presentes a la hora de comprar juguetes en la mayoría de tiendas especializadas.

Qué problemas encontramos al comprar juguetes

Pese a que actualmente existen multitud de iniciativas que nos empujan a una sociedad más igualitaria, la verdad que encontramos en catálogos, propagandas y publicidad sigue dibujando una diferenciación sexista marcada por la imposición de roles de género.

Juguetes sexistas

Hablamos de juguetes sexistas cuando nos referimos a juguetes dirigidos exclusivamente a un sexo específico: muñecas y cocinitas para niñas o set de herramientas y drones para niños. La división por sexos en catálogos y escaparates es una realidad; sin embargo, tendemos a olvidar que los juguetes no tienen género.

Todo cuanto los niños ven les repercute en su visión acerca del mundo que les rodea. De este modo, diferenciar juguetes por roles interfiere negativamente en la educación y desarrollo de los más pequeños, creando en ellos una falsa ilusión de desigualdad que los excluye de determinadas áreas de juego y aprendizaje.

¿Azul o rosa?

Los colores siguen siendo una de las herramientas de marketing más empleadas para caracterizar a los juguetes sexistas. Ya no hace falta que nos digan qué juguetes van dirigidos a niñas y qué juguetes a niños; la aplastante presencia del color rosa en muñecas y juegos relacionados con las tareas del hogar, así como la del color azul en juguetes de mecánica y tecnología no dejan lugar a dudas.

Orientar un juguete hacia uno u otro sexo afecta e interfiere gravemente tanto en los gustos como en las aficiones, pudiendo incluso influir en la inclinación o rechazo hacia determinados sectores profesionales. Este absurdo dualismo de género-color se traduce en la ausencia total de práctica en habilidades concretas, algo que se ve potencialmente agravado cuando hablamos de juegos simbólicos o de imitación.

¿Cuántas veces vemos la imagen de un niño jugando a los bebés o la de una niña conduciendo un coche eléctrico? Las firmas de juguetes siguen siendo una de las principales responsables en la repercusión de estereotipos de género mostrando una clara tendencia al binomio asociativo niña-rosa y niño-azul; un desatino que se refuerza con la presencia de imágenes de niñas o niños jugando a según qué juguete.



Cómo lograr una educación sin prejuicios

Para lograr una educación sin barreras de género y sin prejuicios es de vital importancia promover y potenciar los juguetes no sexistas, siendo imprescindible la participación y cooperación de madres y padres hacia una misma dirección.

Redirigir los arquetipos impuestos

Ante tanta confusión dirigida y premeditada, no es de extrañar que tanto niñas como niños hayan normalizado y aceptado, tristemente, la existencia de juguetes sexistas. Si se llega al punto en que nuestros hijos sienten que los juguetes tienen género, deberemos mostrar firmeza y explicarles que los juguetes son para todos, independientemente del sexo con el que se haya nacido.

Además de intervenir con nuestro diálogo, tendremos que ofrecerles la disposición real de distintos tipos de juguetes, brindándoles si es posible la oportunidad de que contemplen cómo hay niñas que juegan al fútbol y niños que juegan a las muñecas. Una vez se reconduzcan sus arquetipos sexistas, nuestros hijos gozarán de la libertad de experimentar el juego a través de la espontaneidad y diversidad sin límites.

Promover las iniciativas no sexistas

A medida que avanza la conciencia social, aumentan las iniciativas comprometidas con los juguetes sin género; por lo que, aunque aún nos queda mucho camino por recorrer, cada vez son más proyectos los que se ocupan de garantizar la igualdad entre niñas y niños desde el respeto al juego libre sin prototipos encasillados.

En este sentido, será importante mostrar nuestro apoyo y admiración hacia todo impulso fundamentado en la igualdad. Contribuir con las marcas que se atreven a romper los estereotipos de género en sus catálogos puede ser una excelente forma de mostrar nuestra cooperación hacia un mundo basado en la equidad.

 

Permitamos que sean los niños y niñas quienes decidan a qué quieren jugar; no caigamos en la trampa de ponerle género a un juguete y establezcamos una infancia totalmente libre de prejuicios sexistas. Contribuyamos a un mundo donde el aprendizaje y el juego no tengan límites y dejemos de poner restricciones a la expresión y creatividad del ser humano. Solo así, se verá intacta la libertad inicial que nos es brindada por derecho al nacer.

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