Pinkwashing, o como utilizar al colectivo para tapar barbaridades

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Pinkwashing, o como utilizar al colectivo para tapar barbaridades

El fenómeno Pinkwashing suele instaurarse a modo de bandera LGTBIQA+ en el fondo de los logos de empresas de todo el mundo en el mes de junio, considerado a día de hoy como el mes del Orgullo o Pride Month. Incluso el 28 de junio, siendo el día oficial del colectivo, las redes sociales y medios digitales se llenan de titulares a modo de “apoyo” a personas cuya identidad y orientación sexual se sitúan en los márgenes de los estándares impuestos y normativos de la sociedad.

Se debe cuestionar la autenticidad de ciertos activismos hechos por empresas o instituciones, pudiendo considerarse estrategia de comunicación, imagen de marca o posicionamiento, segmentando el mercado e intentando ganar nuevos clientes en un objetivo puramente capitalista. Como pasa con muchas causas, las empresas aprovechan estos segmentos, fruto del capitalismo, sacando provecho de Movimientos Sociales, considerándolo Responsabilidad Social Corporativa y blanqueando su imagen.

Por eso se ha instaurado el término “washing”, lavando en inglés anexionado a un término que refleje el movimiento al que se dirige, por ejemplo “pinkwashing”, estando el color rosa (pink) asociado con el activismo LGTBIQA+ desde los años 1970, o “greenwashing”, estando el color verde (green) asociado al ecologismo.

Israel, Palestina y la comunidad LGTBIQA+

En Palestina, se ha cuestionado los derechos de las personas LGTBIQA+, intentando dar una imagen retrógrada de la sociedad palestina, cuando por otro lado Israel se considera un lugar seguro para lesbianas, gays, transexuales y el resto de siglas que agrupan al colectivo, adoptando medidas diversas para posicionarse en este sentido.
Este supuesto progresismo se erige como parte de la falacia racista de que Israel es una democracia en medio de naciones “bárbaras”, por la que Israel deshumaniza a la población palestina y justifica así su masacre.

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Entre las acciones llevadas a cabo por el país considerado LGTBIQA+-friendly, destaca la de acoger a personas trans y homosexuales alistarse al ejército, siendo este mismo ejército el que está causando una de las mayores masacres de los últimos tiempos.
Obviamente, usar al colectivo LGTBIQA+ para llevar a cabo un genocidio no es ningún avance.

Destino turístico gay-friendly

Además Israel acoge cada año a miles de personas en la Marcha del Orgullo en Tel Aviv y fue anfitrión del festival de Eurovisión en 2019, siendo este uno de los fenómenos más importantes para el colectivo gay a nivel mundial.

Palestina. Supuesto país homofobo

Existe un dato importante de recalcar, una persona homosexual, bisexual o trans es más probable que muera por un ataque aéreo a manos de Israel que por un ataque homófobo, algo que hace pensar sobre las necesidades que pueda tener el ser humano y sus prioridades. Además existe una creencia instaurada sobre las amenazas o incluso torturas que se hacen en Palestina por el mero hecho de que “te gusten o te enamores” de personas del mismo sexo. Habría que analizar la veracidad de estas ideas, sin dejarse llevar por la propaganda israelí y saber que se siente perteneciendo a la comunidad LGTBIQA+.
¿Acaso has estado en una de las fiestas maricas en Ramala?

Interseccionalidad vs propaganda sionista

A modo de conclusión, Israel es  un pais que practica el homonacionalismo haciendo una asociación positiva entre su ideología nacionalista y los derechos de las personas LGTBIQA+  para justificar su opresión.
¡No nos dejemos engañar, un genocidio nunca será gay-friendly!

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P.D.: Gracias a nuestra comunidad atenta, decidimos dejar de vender los productos de St. Pauli, una vez descubierto que el club, históricamente aliado del colectivo, apoyaba abiertamente al estado genocida de Israel.


“Lo más importante en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar” Bertrand Russell.